Los Acariciadores Melosos (r)

   ¿Acariciadores Melosos?, pensaréis. Pues bien, este es un término creado y  utilizado por la autora irlandesa Marian Keyes en uno de sus libros sobre una de las hermanas Walsh (¿Hay alguien ahí fuera?).   Con éste término se refiere una de las amigas de la protagonista a un buen porcentaje de los chicos de su entorno, los cuales consiguen este calificativo con apenas reunir uno o dos de los requisitos (hay infinidad).   
   Éste personaje distingue entre Los Hombres de Verdad y los Acariciadores Melosos, incluyendo en un segundo grupo a todos aquellos que, y cito textualmente...

"La prueba del Acariciador Meloso de Jaqcui es una evaluación terriblemente cruel que ella impone a todos los hombres. La creó unos años atrás, después de haberse acostado con un tipo. Este, al parecer, se pasó toda la noche deslizando sus manos por el cuerpo de Jacqui de una forma sumamente suave y melosa, por la espalda, los muslos, el estómago, y antes de realizar el coito tuvo el detalle de preguntarle si estaba segura. A un montón de mujeres les habría encantado un hombre así, amable, atento y respetuoso. Pero para Jacqui due el mayor chasco de su vida. Habría preferido , con mucho, que la hubiera echado sobre su mesa, le hubiera arrancado la ropa y la hubiera tomado sin pedirle de permiso.







- No paraba de acariciarme de una forma asquerosamente melosa- dijo después con una mueca de asco-, como si hubiera leído un libro sobre cómo dar a las mujeres lo que quieren. Maldito Acariciador Meloso, me dieron ganas de arrancarme la piel.






Y de ahí surgió la expresión. Definía una cualidad femenina que instantáneamente despojaba al hombre de todo sex appeal. Era una valoración irrecusable, era mujer mejor, en opinión de Jacqui, ser un borracho de camisa mugrienta que pegaba a la esposa que un Acariciador Meloso.










Los criterios de Acariciador Meloso tenían complejas variaciones y subdivisiones: los hombres que te cedían el asiento en el metro lo eran si te sonreían pero si te “gruñían” siéntese en tono machote, sin mirarte a los ojos, estaban salvados.






Entretanto se íban incorporando nuevas categorías y subdivisiones. Jacqui decidió en una ocasión que un hombre – del todo aceptable hasta ese momento – era un Acariciador Meloso por decir la palabra “comestibles”. Y algunos de sus criterios parecían decididamente injustificados: lo hombres que te ayudaban a buscar cosas extraviadas también lo eran, cuando nadie, salvo los puristas más radicales, podían negar que era una cualidad ciertamente útil.






(…)






El último novio que tuve, Sam, era un tipo muy divertido, pero una fatídica noche fue calificado de Acariciador Meloso por comer yogur de tarta de queso y fresa bajo en calorías, y aunque eso no tuvo nada que ver con nuestra ruptura – no estábamos destinados a durar- sí dificultó un poco las cosas.






Nunca había visto que un Acariciador Meloso perdiera su título: lo conservaba toda la vida. Jacqui era como el emperador romano de Gladiator: el pulgar apuntaba hacia arriba o abajo y el destino de un hombre se decidía en un instante; no había vuelta atrás."

   Está claro que la rígida división de los hombres de "Jacqui" es exagerada (recordemos que es el personaje de un libro), pero no carece de cierta razón, bajo mi punto de vista, ya que yo reconozco ser así en numerosas ocasiones. Está claro que para un gran porcentaje del público femenino un Acariciador Meloso es su hombre ideal, pero también para otro tanto puede resultar tan horripilante como un "Hombre de  Verdad" para las anteriores. Está claro que en el punto medio está la virtud, con lo cual, el hombre perfecto  no debe ser ni un Acariciador Meloso ni un Hombre de Verdad (no he incluido la descripción de los  Hombres de Verdad por no extenderme demasiado, pero os aseguro que no son muy agradables), sino una combinación de ambos.
 
¿Y vosotr@s qué opinais? ¿Sois Melos@s? ¿Cómo sería vuestra pareja ideal?